El amor es una cosa preciosa
Cuando James Dyllon encuentra una tarjeta explícita en su escritorio, no sabe qué pensar. Su jefe caliente como Hades nunca le ha dado la más mínima indicación de que devuelve el afecto de James, por lo que esta carta no puede ser de él. Dos amantes masculinos entrelazados: alguien se está riendo a su costa.
George MacKenzie ha dejado de desear a James desde lejos. Un Año Nuevo trae consigo la oportunidad de cambiar y George está cansado de esconderse. Desde que se hizo cargo de la empresa después de que su padre se enfermara, finalmente está en condiciones de actuar de acuerdo con sus sentimientos y quiere a James. La tarjeta puede ser un intento débil, pero al menos James no parece desinteresado.
Juntos podrán resistir cualquier cosa, siempre que pueda convencer a James de que realmente quiere una eternidad.
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